El otro día un amigo heterosexual fue a La Marsháll. Se trata de una milonga "gay friendly", uno de esos lugares en los que hay que dejar a la homofobia en la entrada.
Mi amigo fue por una sola razón: tenía ganas de bailar "de mujer" (haciendo el papel de seguidor, y no de líder) con hombres que supieran guiar y no tuvieran problemas en bailar con otro hombre.
Allí descubrió con asombro lo que una mujer puede llegar a sufrir en la milonga, y en la vida en general.
Él se imaginó que tendría que rechazar constantemente ofertas de hombres en celo (siendo él además un chico bastante atractivo). Pero nadie insinuó absolutamente nada. Después de bailar con él, sus parejas de baile lo dejaban en paz y volvían a su mesa. Dedujo que los hombres homosexuales son mucho más respetuosos que los hombres heterosexuales. Porque en la milonga, ¿a cuántos pesados las mujeres debemos soportar que, porque bailamos una tanda con ellos, creen que los vamos a seguir a un telo y nos acosan insistentemente?
Lo otro que descubrió, es que ser guiado por alguien brusco, o que baila mal, como puede ser un principiante, puede ser, amén de doloroso, peligroso: "Cuando yo bailo con una principiante, la llevo yo, así que me limito a hacerle pasos básicos hasta terminar la tanda. Pero al ser llevado yo por principiantes, no tenía ningún poder de decisión, y si el tipo quería ponerse a hacer pasos complicados y enroscados a pesar de sus propias limitaciones y de no tener la técnica suficiente para ello, yo no tenía otra opción que seguirlo, a expensas de mi espalda, mis pies, mi cuerpo entero".
Sus descubrimientos lo hicieron reflexionar mucho sobre lo que padecemos las mujeres, y a mí me hicieron pensar que todos los hombres deberían hacer una pasantía en La Marsháll alguna vez. Para saber cómo se siente, vio...
Foto Dan Chung - The Guardian
11 comentarios:
Ok, primero que nada felicitaciones por haber aprobado el mensaje anterior. A pesar de su tono agresivo preferiste no censurarlo. Bien por vos.
Ahora, mi comentario.
Anduve bastante por La Marshall y tambien Tango queer, otra milonga gay (aunque un poco mas orientada a las chicas) asi que se del tema.
Me imagino que tu amigo no conoce demasiado del ambiente gay.
Me da gracia que por su experiencia en la milonga la Marshall, deduzca que "los hombres homosexuales son mucho más respetuosos que los hombres heterosexuales".
Hay una cuestión fundamental, y es que el "gaydar", suele ser bastante preciso, y sirve muy bien para distinguir gays de heteros, lo que por supuesto evita problemas, entre otras cosas. Un gay "promedio" no se le tira un lance a cuanto hombre apuesto se le cruza, ni mucho menos.
En un lugar como La Marshall, no solo no te van a intentar seducir, si no que ni siquiera te van a sacar a bailar si no diste pie para ello, por ejemplo invitando primero a un hombre a bailar.
Y obviamente, especialmente al bailar sabran si hubo química o no. Y si no la hubo, si no recibieron algunas señales de que el hombre que tiene en frente puede estar interesado en otro hombre, no intentaran nada. Porque convengamos, Argentina no es de las sociedades mas liberales y relajadas en cuanto a ese tema (tu comentario acerca del miedo de tu amigo a ser acosado por hombres en celo es una prueba de ello), y las consecuencias de un hombre intentando seducir a una mujer que no esta interesada, y un hombre intentando seducir a un hombre que no esta interesado pueden ser muy diferentes.
Con esto no quiero decir que los gays no sean respetuosos, y doy fe que en la Marshall, casi en su totalidad lo son y además buena gente. Lo que quiero destacar es que no es justa la comparación.
Un hombre en una milonga puede pensar que al menos potencialmente tiene una oportunidad con la mayoría de las mujeres de la milonga (al menos en lo que respecta a preferencias de género). Y convengamos que las mujeres por una serie de motivos las mujeres dan menos señales o al menos mas sutiles.
En la Marshall, aunque sea una milonga gay, no es lo general pensar que la preferencia de género de un hombre sea otro hombre. De hecho practicamente todas las noches hay menos parejas de hombres bailando que parejas hombre/mujer. Asi que si un hombre no vio una señal clara de interés de otro hombre, evitará hacer proposiciones.
Respecto que tuvo que ir a la Marshall para enterarse que un mal lider puede hacer desastres, es por lo menos poco perceptivo de su parte. Creo que salta a la vista para cualquiera que haya frecuentado las pistas de baile. Obviamente que no es lo mismo que sentirlo en carne propia, pero muchas veces siento que me duele a mi cuando veo a una mujer siendo maltratada en la pista.
Por lo demas, ojalá este artículo haga que los hombres dejen de tener miedo de ser toqueteados indecentemente si intentan poner un pie en la Marshall, y se animen a darse una vuelta por ahi.
Bueh, en el momento en que mandaste tu comentario, censuré el anterior, porque pensé a posteriori que no tengo ganas de que me bardeen en mi blog. :-)
Mi primer profe de tango me dio la clave sobre como bailar. Y no era nada tecnico. Me dijo: "tenes que bailar de tal manera que la mujer quiera volver a bailar con vos". Y ahi esta la cosa, bailar para la mujer,para que se sienta comoda, verificando que no haya tensiones en el abrazo. Cuando uno pone cuidado, luego de unos momentos siente que la mujer se abraza suavemente a uno,por que se siente confiada, y ese es el mejor premio para el milonguero.
Milonguera: tu aclaracion de que tu amigo es heterosexual me parece un poco improcedente. Que yo sepa, no hay ningun documento que diga que alguien es homo o hetero. Asi como el movimiento se demuestra andando, si a un hombre le gusta " hacer de mujer", tal vez deberias dejar a consideracion de los lectores cual seria su condicion, despues de todo, no es ningun pecado ser homosexual
Giorgio: dado que mi amigo tenía a priori sobre los gays, precisar que es heterosexual era, al contrario, totalmente justificado. ¿O estás insinuando que en realidad, mi amigo es gay porque quiere "hacer de mujer" en el tango?
A los lectores que me dijeron que no tendría que haber censurado el primer comentario: tengo fuertes sospechas acerca del autor de dicho comentario. De ser ciertas mis sospechas, sé que viene a mi blog solamente a bardearme y no tengo ganas de eso. De cualquier otra person, habría dejado el comentario a pesar de su agresividad gratuita. Pero de esa persona, no. Yo decido quién entra en mi casa y quién no.
Milonguera, la cuestion no es demasiado importante. Pero si yo veo un ave que parece un pato, camina como un pato y hace cua cua, deduzco que debe ser un pato. La conducta de un hombre que quiere "hacer de mujer" y va a una milonga gay, parece ser lo bastante inusual para alguien que no lo conoce, como para que vos aclares que es heterosexual.-Bueno, sera asi, aclarado esta.-
Así que para vos, un hombre que quiere ser guiado en el baile y va a una milonga gay es necesariamente gay...
Vaya... Te invito a ser un poco más abierto de mente, Giorgio, el mundo es mucho más diverso que lo que querés ver.
Giorgio, ¿por casualidad sos biólogo? Por que la rigurosidad de tu analisis científico para determinar una especie animal me deja pasmado.
No puedo ni imaginar lo sagaz que serás en las relaciones interpersonales entonces.
Un pequeño detalle: no queda muy claro porque pusiste "hacer de mujer" así, con comillas.
Por un momento pensé que estabas citando literalmente las palabras de una Milonguera, pero ella no escribió "hacer de mujer", si no "bailar de mujer", lo cual aunque aun equivocado a mi parecer, está bastante lejos de lo que vos pusiste.
Para ser mas claro: decir que su amigo "hace de mujer", es tan retrógrado como decir que una mujer que arregla un motor "hace de hombre". Si, generalmente son los hombres los que se encargan de los autos, pero no porque a una mujer le gusten los fierros significa que quiere ser varón ni mucho menos.
De la misma forma, son los hombres los que generalmente llevan en el tango, pero porque un hombre quiera experimentar ser llevado no quiere decir que desea "hacer de mujer", tampoco que está bailando de mujer. Significa, simplemente, que esta siendo llevado. No le busquemos la quinta pata al gato.
Y el porque eso lo tiene que hacer en una milonga gay, lo explico la autora en su post, y yo agrego: porque en las milongas hay muchos Georgios de dudosa habilidad para reconocer patos.
Al margen de la polémica de los comentarios (poco interesantes en comparación al post), me parece genial que un hombre (gay o no, en La Marshall o donde sea) realice el ejercicio de dejarse llevar y asumir el rol femenino en el baile.
Es cierto que algunos observadores sagaces pueden detectar el maltrato de la mujer en la pista. Pero de ahí a sentirlo en tu propio cuerpo... me parece (es tan sólo una apreciación) que es más contundente. Es verdad que mirando también se aprende, pero yo misma comprendo mucho mejor cuando lo bajo de la teoría al cuerpo.
Me encantó el blog.
Para quien dirige,la experiencia de dejarse llevar tiene una doble ventaja:entiende en qué falla cuando no logra marcar adecuadamente.Si puede hacerlo en una milonga tradicional,seguramente ella experimentará en algunos casos la dificultad que representa tratar de compartir un tango con alguien que no se conecta para nada.Eso la enriquece a ella si su actitud es también autocrítica.
Si prefieren hacerlo en una milonga gay, qué tan cómodo se sienta cada uno depende de que tan seguro se sienta en su rol.
Me gustan tus temas abiertos. Adelante!
Milonguera; Ya dije que estaba aclarado el tema, pero me siguen insistiendo. Esta bien, el amigo es heterosexual,pero por cuestiones tecnicas quiso probar como era bailar de mujer para aprender y no maltratar a sus eventuales parejas. Y no se conformo con pedirle a un amigo que lo lleve un par de tangos, sino que se agencio un par de stilettos numero 43 y se fue a una milonga gay.No voy a oponer mis lejanas inferencias a tus conocimientos in situ, asi que lo dejamos aqui y listo. Realmente lo interesante era el tema del post y no la condicion de tu amigo.-
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