sábado, 24 de julio de 2010

Les Quais de Seine, "oficialmente" cerrados

Resulta que a veces, parecería que estoy en Buenos Aires, a pesar de encontrarme en París.

El otro día me contaron que la práctica de los Quais de Seine, que se organiza normalmente todas las noches de verano en un romántico y magnífico lugar del borde del Sena, no había recibido la autorización de la municipalidad de París para abrir este año. Pero que igualmente se organizaban "prácticas salvajes", con un material de sonido improvisado. Y no solamente de tango, claro, porque en ese lugar, que es una sucesión de pequeños anfiteatros que dan sobre el Sena, se organizan también bailes de salsa, de danzas folclóricas, de rock, de vals, además de tango.

¿Las razones para no autorizarla este año? No se sabe muy bien. Quejas de los vecinos con el ruido, guerra entre la municipalidad y la prefectura, ausencia de baños públicos (algo que la municipalidad debería encargarse de colocar) o intenciones ocultas de instalar algo que sea pago, en lugar de actividades totalmente gratuitas al servicio de la comunidad...

Peor aún: hace unos días, parece que la policía llegó y ordenó que las prácticas ilegales cesaran y prohibieron seguir tocando a los músicos. Cosa que, por supuesto, no acataron. Al día siguiente todos los anfiteatros estaban nuevamente repletos, con el peligro, eso sí, de que caiga de nuevo la policía.

Se trata de un lugar de acceso gratis al baile, a la diversión sana, a la cultura de muchos lugares del mundo. Gente aislada, al margen de la sociedad que, de otra manera, se quedaría sola en su casa deprimiéndose, puede salir a escuchar música, bailar, mezclarse con otras personas. Para algunos, se trata del único vínculo social que les queda.

Y la municipalidad, o la prefectura, no sé muy bien, porque ambos son competentes en ese lugar, lo quiere prohibir... Quién los entiende... Después hablan de favorcer los lazos sociales con la cultura popular...

Me recuerda lo que pasa con la Milonga del Indio en la plaza Dorrego de San Telmo.

El tema es que la otra noche di una vuelta por ahí para ver cómo era eso de la milonga salvaje. Me imaginaba un minúsculo equipo de música, dos o tres parejas bailando rapidito para que no los vea la policía, con cara de "yo no fui".

Resulta que esa práctica "off" funciona exactamente de la misma manera que cuando tiene la autorización de hacerlo. El sonido, es cierto, es malo, pero siempre fue así. La música, es cierto, es malísima (por Dios, ¿no era una práctica de tango? ¡Ni un solo tango en toda la noche!), pero siempre fue así. La gente, es cierto, baila muy mal, pero siempre fue así...

Una anécdota curiosa es que el domingo por la tarde, ante la mediocridad absoluta de la música que pasaba uno de los que generalmente organiza la práctica, un grupo hizo una escisión, se instaló en el anfiteatro de al lado que estaba vacío, instaló un mini-equipo de sonido, puso tango de verdad, y la gente empezó a bailar. Rápidamente, ese anfiteatro se llenó más que el otro. Lo cual demuestra que cuando le ponen calidad, la gente sabe apreciarlo.

Es una pena que los organizadores de la práctica de tango sean tan, pero tan, pero tan malos. No saben nada de tango, y se atreven a dar clases y pasar música... que de tango no tiene absolutamente nada. Es tan mala la cosa que me contaron que un día vino Gabito, se quedó cinco minutos, y al rato se fue diciendo: "No, no puedo ver eso".

Lo cual es realmente desastroso, porque el hecho de que se escuche y se baile tango en ese lugar debería, al contrario, llenar a cualquier argentino de un inmenso orgullo. Pero hay que reconocer que ni lo que se escucha ni lo que se baila ahí, por lo general, es tango.

¿Por qué está esa gente y no otros que sepan de tango? No lo sé, calculo que llegaron primeros. Y como el lugar es gratis, durante todo el verano en que funciona la cosa los organizadores reparten tarjetas entre los curiosos, promocionan sus cursos, y llenan así sus clases del resto del año. Me imagino que por nada en el mundo querrían ceder ese espacio.

Una lástima, porque el lugar es increíble, y si se escuchara y se bailara tango de verdad, sería aún más increíble...

Para firmar la petición para que se autoricen esos bailes nocturnos, pueden copiar el texto que encontrarán aquí y enviarlo con sus nombres y direcciones a folk.seine@gmail.com.

martes, 20 de julio de 2010

Placeres milongueros

El otro día un amigo milonguero me dijo, mientras estábamos mirando la pista y criticando ácidamente a unos y otros:

"El 50% del placer de la milonga es poder decir maldades de la gente".

Y es así.

Definitivamente la milonga es cruel.

jueves, 15 de julio de 2010

Tango Queer, milonga gay

Hoy, 15 de julio de 2010, el Senado convirtió a Argentina en el primer país latinoamericano en permitir el casamiento entre personas del mismo sexo. Para festejar esta gran noticia, publico hoy esta entrada que iba a publicar un poco más tarde.



Primer postulado: el ambiente del tango, así como la sociedad argentina, son machistas.

¿Por qué? Bueno, ya lo expliqué en otra entrada. Básicamente, el hecho de que se trate de un varón que decide, guía, ordena, y de una mujer que se deja llevar y no tiene prácticamente ninguna iniciativa (excepto cuando el varón tiene la inmensa bondad de dejarle dos segundos de libertad) se adecua bastante con el concepto de machismo.

Segundo postulado: el tango es cuestión de conexión entre dos personas, de sentimiento, de contacto, de seducción.

Creo que estamos todos de acuerdo.

Tercer postulado: excepto para algunas personas retrógradas e incorregiblemente machistas y homofóbicas, sabemos que la conexión, el sentimiento, el contacto, la seducción, se pueden dar perfectamente entre dos personas del mismo sexo.

Conclusión: como el ambiente del tango es machista, algunas personas que no se identificaban con ese machismo pero sí querían bailar tango sin que los echaran a codazos de la pista (como ocurre en muchas milongas tradicionales, cuando no les piden lisa y llanamiente retirarse) han decidido abrir sus propios lugares de baile, en los que hombres pueden bailar con hombres, mujeres con mujeres, o se pueden intercambiar los roles sin herir la susceptibilidad de nadie.

Claro que esto tiene más que ver con un apartheid que con otra cosa. Lo ideal sería la tolerancia y la aceptación mutuas. Creo que faltan unos cuantos siglos para que esto suceda. Hay que ver las dificultades que hay para que la sociedad acepte el matrimonio de personas del mismo sexo.

En fin, de lo que quería hablar en esta entrada es del tango queer y de las milongas gays. Como resultado de la intolerancia, gays, lesbianas, trans, travestis, etc., buscaron lugares en los que podían, como cualquier otra persona, disfrutar de la conexión, el sentimiento, el contacto y la seducción del tango. Y así surgieron espacios llamados "milongas gays", como es el caso de La Marshàll, abierta en 2002, y que funciona los miércoles y los sábados.

La Marshàll, con acento tónico en la segunda A. Sus organizadores, Augusto Balizano, Roxana Gargano y Edgardo Gargano, se cansaron de que la gente lo pronunciaran con acento tónico en la primera A, cuando ellos pusieron el nombre para honrar a la actriz Niní Marshall, así que agregaron la tilde en la segunda A en el logo oficial.

Detalle anecdótico pero que a mí me parece divertido: el musicalizador de ese peculiar y moderna milonga, Mario Orlando, es también el DJ de la hiper tradicional milonga Sunderland. Y, otro detalle, en el mismo lugar, Maipú 444, pero los sábados, funciona una milonga "a la antigua", Cachirulo, en la que prevalece el cabeceo, y en la que las mujeres solteras están ubicadas en un costado de la pista, y los hombres solteros, enfrente.

Si bien es la milonga gay friendly más conocida de Buenos Aires, La Marshàll no es el único lugar de tango queer (queer: en inglés, "raro", "extraño", "excéntrico"... el término fue utilizado tradicionalmente para nombrar a la comunidad gay, lesbiana, transexual, travesti y transgénero de manera peyorativa, y fue retomado a principios de la década de los noventa en Estados Unidos por la misma comunidad para resignificarlo).

Se puede citar precisamente Tango Queer, creado en 2005 por Mariana Docampo. "En un principio Tango Queer fue una clase de tango seguida de una práctica en el bar Simón en su Laberinto de San Telmo y otra clase y práctica semanal dictada por Mariana en Casa Brandon. En el año 2007 se abrió la Milonga Tango Queer que sigue funcionando actualmente cada martes en Buenos Aires Club", se explica en su sitio.

La milonga, que tiene lugar los martes, "está abierta a todo el mundo", precisan, excluyendo así cualquier tipo de comunitarismo. "Se baila tango eligiendo libremente la pareja y el rol que se desea ocupar al bailar".

Sus organizadores también instituyeron un Festival Internacional de Tango Queer.

Les dejo la última palabra, para explicar mejor que yo el concepto de tango queer:
Podemos decir que si algo tiene representación simbólica, existe. Solo entonces se hace reconocible para una sociedad. El tango es una danza popular, y como tal, funciona como espejo de la sociedad de la cual surge y en la cual se desarrolla. En este caso, la sociedad porteña. Pero el tango también es una danza de fuerte connotación sensual.

Por eso, vale pensar que lo que este “espejo” refleja es la forma en que nuestra sociedad concibe el erotismo entre sus integrantes: en primer lugar, hombre-mujer. Luego, activo-pasiva. Dos roles bien claros, definidos. Este binomio simplifica notablemente la compleja red erótica que existe entre los individuos, y que si bien representa a una mayoría identificable en la sociedad, instituye una forma de sentir “admitida”, condiciona y censura formas de sentir diferentes. Se fija como modelo. Y afuera de este modelo quedan todos aquellos cuyo sentir es distinto.

Así pues, en esta representación social, que podemos definir, considerando su fuerza simbólica, como una “fórmula del sentir erótico”, no están representadas las lesbianas, los gays, los bisexuales, los transgéneros. Ni tampoco las mujeres y hombres heterosexuales que pudieran concebir su erotismo de manera distinta.

El intento por homogeneizar, estetizar y “normalizar” las formas del baile y los ambientes en los que ésta se desarrolla va en contra de la permanente improvisación y movimiento que constituyen la dinámica tanguera, la cual pugna permanentemente por formas que vayan adaptándose a los cambios culturales y sociales de quienes forman parte de ella.

Es éste el contexto que propicia el nacimiento y crecimiento de un espacio como Tango Queer.

La Marshàll
Maipú 444 - Los miércoles a las 22hs
Rivadavia 1392 - Los sábados a las 22hs
Tel: 4300-3487 / 15 5458 3423
Organizan Augusto Balizano y Roxana Gargano
Contacto: milongalamarshall@yahoo.com.ar

Tango Queer
Perú 571, San Telmo
Los martes de 20h30 a 02h00 (clases a cargo de Mariana Docampo y Soledad Nani)
Belgrano 2259 - Los jueves de 19 a 21 hs
Tel: 15 3252 6894
Organiza Mariana Docampo
Cómo llegar:  Colectivos 2, 6, 17, 23, 39, 59, 60, 67, 91, 96, 98, 100, 102, 103, 168. Subte: Linea C - Estación Moreno y Linea A - Estación Belgrano
Contacto: contacto@tangoqueer.com, mariana@tangoqueer.com

domingo, 11 de julio de 2010

Los milagros sí existen

Como lo dije en la entrada anterior, estoy nuevamente en París por unos meses. Resulta que estoy yendo a bailar más que el año pasado. Esta última semana, fui tres veces. Una a Milonga Florida, que ya conocía, el martes a L'Echiquier y anoche a Le Chantier (ya vendrán descripciones al respecto).

Y después de mucho mirar, mucho embolarme y bailar algunas tandas olvidables en momentos de masoquismo puro, pues he dado con dos varones que merecerían ser argentinos: Sylvain y François.

Ambos, con un abrazo hermoso, suave, una marca ligera, apenas insinuada y sin embargo clarísima, dejándome libre de mis movimientos. Ambos, bailando al piso, tranquilos, sin hacerse los helicópteros fantásticos ni abrir el abrazo sin justificación. Ambos, musicales y en estilo. Y ambos, respetando las pausas, los silencios, los murmullos de la música.

Y me recordó lo esencial del tango, que los principiantes (yo también pasé por ahí) y los extranjeros tardan tanto en entender (a veces directamente nunca lo entienden): el tango no es una acumulación frenética de pasos. El tango no es una disciplina acrobática. El tango no es un concurso de virtuosidades.

El tango es abrazo. El tango es música. El tango es conexión.

Nada más, y nada menos. Y en mis solitarias estancias parisinas, no se trata de que el nivel sea bajo en comparación con Buenos Aires. Se trata de que muy, pero muy poca gente entendió esto. Prefiero mil veces bailar con un principiante que asimiló esas cosas y se limita a caminar durante todo el tango, pero sintiendo la música, el abrazo, y la conexión, antes que con un "profesional" que me marca cuatroscientos mil pasos en abrazo abierto y baila de la misma forma un D'Arienzo que un Di Sarli o un Canaro.

De más está decir que tengo los números de teléfono de Sylvain y François para combinar con ellos la próxima vez que salga a milonguear...