miércoles, 17 de septiembre de 2008

Bizarro

En la milonga suceden cosas bizarras.

Hace poco me pasó algo que hasta ahora jamás me había sucedido, pero nunca hay que dar las cosas por sentadas. Lo que me pasó fue que un hombre cortó una relación conmigo, así, en medio de una tanda, mientras estábamos bailando. Me dijo, entre un tango y otro: "Disculpame, pero siento que no puedo seguir con vos".

Ahí estábamos, bailando bien pegaditos, oliéndonos, escuchando el pecho del otro, sintiendo los latidos de su corazón, y de pronto, termina el tango, los cuerpos se separan y..."siento que no puedo seguir con vos".

¿Qué se hace en esos casos?
  1. Dejar de bailar en ese mismo instante.
  2. Seguir bailando, temblando, sintiendo el cuerpo del otro que no volveremos a sentir de la misma manera, preguntándonos: "¿Qué hago? ¿Sigo? ¿No sigo? ¿Lo dejo plantado en medio de la tanda? ¿Me pongo a llorar?" mientras Raúl Berón canta Corazón no le hagas caso.
  3. Contestar: "Ajá", volver a abrazarlo para el tango siguiente, seguir como si nada y pensar: "Ya vendrá otro que sepa valorarme, mientras tanto no pienso echar a perder esta tanda de Caló-Berón que me encanta".
¿Y ustedes? ¿Qué fue lo más bizarro que les pasó en la milonga?
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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Introducing Aoniken

Algunos creen que para bailar tango, hay que ser esbelto. Nada más lejos de la realidad. Para bailar tango, hay que saber mover el cuerpo, nada más. Alguien esbelto pero que no tenga ningún manejo de su cuerpo será incapaz de dar dos pasos en tango (y en ninguna otra danza). Por el contrario, alguien gordo pero ágil la "romperá" sin problemas en una pista de baile.

Y sino, pregunten a Aoniken Quiroga.

Aoniken no solamente es gordo: también es petizo. Muy petizo. Pero qué quieren que les diga. Su agilidad es casi incomparable y verlo bailar (y bailar con él, doy fe) siempre es un placer. Sabe hacer olvidar su ingrato físico vistiéndose siempre de manera impecable y elegante, con clase y sin ninguna negligencia. "Tiene la ligereza de un cuadro de Botero, una dexteridad, una velocidad casi felinas. Es fascinante", dijo mi madre alguna vez. Y como mi mamá siempre tiene razón, pueden creerle...

Aoniken, de tan solo 22 años, fue subcampeón mundial de tango salón en 2006, junto con Emilia Cerutti. Baila desde sus siete años. Nos demuestra que se pueden superar muchísimos obstáculos si uno tiene la pasión y la voluntad de hacerlo. Un ejemplo para todos.

Aquí lo podemos apreciar en La Viruta haciendo una exhibición con otra milonguera increíble, Luna Palacios. Admiren el "sanguchito"* que hace en el tiempo 1:10 del video. Y díganme si no tiene la destreza de un gato...



*Sanguchito (viene de la palabra sandwich): También llamado mordida. Paso en el que el hombre encierra un pie de la mujer entre los suyos. Se llama así porque el pie de la mujer vendría a ser el jamón entre dos rebanas de pan (no, no encontré una manera menos gráfica de explicarlo)...
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domingo, 7 de septiembre de 2008

La Baldosa

Viernes, día de La Baldosa. Porque cada milonga tiene sus días.

Hace unos meses, ni siquiera me habría tomado la pena de hacer una entrada sobre esta milonga, porque me habría parecido demasiado formal, o demasiado tradicional, o demasiado aburrida... Pero esto habría sido antes de descubrir mi pasión por el tango salón. Porque la verdad, La Baldosa me parece ahora un lugar muy lindo. Lindas tandas, linda gente. La mayoría de los concurrentes se viste elegantemente, pero tampoco es la exposición de joyas y vestidos de lentejuelas de Sunderland. También se puede ir de elegante sport, más relajado.

Se organiza en el salón El Pial, donde se suele organizar normalmente una peña. La pista es amplia, de baldosa (...), agradable.

Me gustó que, cuando llamé para reservar una mesa, me preguntaran si iba a ser "una mesa de solos". No entendía muy bien qué significaba, ya que si pedía una mesa para ocho, era evidente que no íbamos a estar solos, sino que íbamos a ser... ocho.

Pero la pregunta era para ubicarnos en el borde de la pista para ser visibles por las otras mesas y para poder sacar (los hombres) y ser sacadas (las mujeres), porque se usa mayoritariamente el cabeceo. Las mesas de gente que ya viene en pareja, efectivamente, se ubican más atrás. En ese momento recordé que uno puede sentirse muy solo aun rodeado de gente...

Ahora, el cabeceo sigue siendo un tanto incómodo para mí. Me parece fantástico eso de querer cuidar el honor del varón y no hacerle pasar vergüenza con un "no, gracias" que todos verán, me parece maravilloso eso de no avasallar la tranquilidad de las damas y no obligarlas a pronunciar el tan desagradable "no, gracias" o a bailar sin ganas, pero... ¿qué se hace con las miopes?

Está bien, uso lentes de contacto, con eso veo más o menos bien. Pero muchas veces soy incapaz de hacer la diferencia entre un cabeceo y un simple saludo. ¿Y saben que hay hombres que hacen crujir sus cervicales, con un movimiento muy parecido al del cabeceo? Ni que hablar de los que cabecean a la mujer que se encuentra justo atrás mío. ¿Les conté de la vergüenza que se siente al pensar que la invitación fue para una, y resultó ser para otra?

Por eso, a La Baldosa no se me ocurriría ir sola. Pero siempre que voy con amigos, la paso bien. Cada vez mejor, diría yo, a medida que voy conociendo más gente allí.

El lugar cuenta con un escenario elevado y una de las noches en que fui (hará un par de meses) cantaba Alberto Podestá, y cuando canta Alberto Podestá, no puedo dejar de llorar, sobre todo sabiendo que va a terminar con El Bazar de los Juguetes.

Alberto Podestá (Alejandro Washington Alé) cantó con las grandes orquestas de la época de oro del tango, la década del cuarenta: Caló, Di Sarli, Laurenz, Francini-Pontier. Cuando Podestá cuenta las anécdotas de cuando Homero Manzi escribió Paisaje, uno de sus éxitos que él cantó con la orquesta de Pedro Laurenz, pienso que él conoció a Homero Manzi y no puedo dejar de estremecerme. Claro, ahora Alberto Podestá tiene casi 84 años, ya no tiene la voz de sus veinte, pero me siento muy privilegiada de tener la posibilidad de escuchar a este grande, que me arranca lágrimas cada vez que entona...




La Baldosa (no tiene página web)
Salón El Pial - Ramón L. Falcón 2750 - Flores
Tel: 4601 7988
Viernes de 22h30 a 4 h (después de la clase)
Organizan Gabriela Elías, Alba y Horacio Fiorentino
Cómo llegar: colectivos 5-36-53-55-76-86-88-92-104-126-132-136-141-155-180. Ferrocarril Línea Sarmiento, estación Flores.
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jueves, 4 de septiembre de 2008

Buenos Aires en la tela

Siempre sé tener conducta por más contra que me busquen, aunque muchos se embalurnen que soy punto pa' currar, ando chivo con la yuta porque tengo mi rebusque y me aguanto cualquier copo con las cartas que me dan.

¿No entendieron nada? No se preocupen. Yo tampoco.

Es parte de un tango escrito por Carlos Waiss, Bien Pulenta, con música de Juan D'Arienzo y Héctor Varela.

Como ven, sin un diccionario lunfardo-castellano, es prácticamente imposible entender la letra de ciertos tangos.

Pero, chan chan... no estamos solos en el universo, y el otro día descubrí un blog relativamente nuevo (abrió en mayo), Caprichos y Berretines, cuyo autor se tomó la molestia de traducirnos algunos de estos maravillosos poemas urbanos.

Y así es cómo me enteré de que lo anterior significa: "Siempre sé conservar la conducta por mucho que pretendan buscarme pendencia, aunque muchos conjeturen equivocadamente que soy un sujeto al que se puede embaucar con facilidad, estoy receloso de la policía porque manejo un negocio poco lícito y soporto cualquier acometida con los medios de que dispongo" (sí, sí, todo eso).

En el blog también se enterarán de los perfiles de psicópatas en el tango, y de la historia arquitectónica de la Reina del Plata.

En fin, un lindo paseo por las callecitas de Buenos Aires que tienen ese qué sé yo, viste.