viernes, 13 de febrero de 2009

¿El tango es machista?

Sí.

Así, sin vacilar. Sí, el tango es machista. Es un ambiente de hombres, básicamente. Antes, se anunciaba las exhibiciones poniendo "Hoy baila Fulanito y compañera". Y cuando digo "antes", me quedo corta. Recuerdo una exhibición de los campeones mundiales de tango salón 2006, en la milonga Sunderland, anunciada como: "Hoy baila el campeón mundial Fabián Peralta, y su compañera". La pobre Natacha Poberaj, una bailarina de aquellas, quedó completamente anulada.

Pero. Porque siempre hay un pero.

A ver, empecemos desde el principio. Mis amigos no tangueriles me preguntan cómo yo, una mujer abiertamente feminista, independiente, con carácter, que odia que la manejen o que la traten de manipular, que gana su vida y vive sola desde que tiene 17 años... puede aceptar "seguir", ser guiada, obedecer a un hombre durante el baile de tango.

Porque al fin y al cabo, de eso se trata: el hombre guía, dirige, marca. La mujer sigue, obedece, hace lo que se le pide.

Muchas veces me dicen: "Bueno, pero en realidad es un diálogo, el hombre lo único que hace es proponer, la mujer también puede sugerir cosas", bla bla bla. Bull shit. El hombre manda. La mujer obedece. Punto.

Sí, hay momentos en que la mujer se puede plantar y marcar un ritmo, imponer una pausa, hasta tal vez sugerir un movimiento. Pero la palabra final la sigue teniendo el hombre, y los momentos en que la mujer puede tener la iniciativa son escasos. El maestro Carlos Pérez, sabiendo que esto me va a enfurecer, suele decir al hombre con el que estoy bailando: "Si dejás que la mujer maneje, sos un gil, y no es tango". Y sé que no lo dice solamente en broma.

Pero...

Primero hay que entender una cosa: en el tango, es absolutamente imprescindible que una persona lidere y la otra siga. No se puede decidir "de a dos". El tango es improvisación pura. Si los dos deciden al mismo tiempo... lindo quilombo se va a armar. Es como si un auto tuviera dos volantes independientes el uno del otro. Si una persona quiere ir a la izquierda y la otra a la derecha, lo más probable es que el auto se parta en dos.

Pues en el tango es lo mismo. Alguien tiene que ocupar el papel del que guía, y la otra persona el papel del que es guiado. Punto.

Tradicionalmente, esos papeles están desempeñados, respectivamente, por el hombre y la mujer. Por una cuestión machista, estamos de acuerdo.

Dicho sea eso, nadie me obliga a ser "seguidora". Podría perfectamente aprender el papel de la persona que maneja en lugar de quedarme en el papel de la persona que sigue. De hecho, en Estados Unidos, no se suele usar los términos "hombre" y "mujer" para hablar de los roles dentre de la pareja, dado que sería una apelación sexista. Se habla de "leader" (líder) y "follower" (seguidor). O sea, si una mujer quiere aprender el papel del líder, pues allá ella, puede hacerlo sin problemas. Tendrá que encontrar a una pareja (hombre o mujer) que acepte ser guiada por ella (y que sea físicamente compatible, porque no es nada fácil guiar a alguien mucho más alto que uno), y listo.

Y de hecho, esta inversión de los roles tradicionales es muy frecuente en lo que se llama el Tango Queer, del que hablaré en otra entrada.

Sabiendo eso, el hecho de que yo haya elegido ser seguidora en lugar de líder... es problema mío. No le puedo echar la culpa al machismo.

De hecho, ahora estoy aprendiendo a liderar (a "hacer de hombre", se dice en el mundo del tango), y es complicadísimo. No solamente hay que saber qué pasos hacer y cómo, sino que hay que marcar a la otra persona (que "hace de mujer") lo que tiene que hacer, así como ser musical, tener buen manejo de la pista para no chocar con nadie, en fin, está brava la cosa...

Así que creo que, más por fiaca que por machismo, me voy a quedar en mi cómodo papel de mujer... digo... de seguidora.

Dicho todo eso, tengo que hacer un apartado sobre el tango nuevo. Bailado por personas jóvenes, el tango nuevo es necesariamente menos machista que el tango tradicional o tango salón (o tango a secas, dirán los que creen que el tango nuevo no es tango). Si bien sigue habiendo una persona que lidera y la otra que sigue, en este caso existen más momentos de verdadero diálogo dentro de la pareja, es una danza mucho más conciliadora, menos cuadrada, menos esquemática. Y por lo general se conocen a los dos miembros de la pareja por igual. Eugenia Parrilla, Moira Castellano, Mariela Sametband, Mariana Montes, tienen tanto renombre como Chicho Frúmboli, Gastón Torelli, Pablo Inza o Sebastián Arce.
.