martes, 7 de octubre de 2008

Life is complicated

Hoy fui a una práctica. Había un chico con el que siempre quiero bailar y nunca me saca. Como lo conozco un poco, al final de la práctica, me acerqué para despedirme y aproveché para preguntarle:
- ¿Alguna vez me vas a sacar?
- Mirá, ¿te puedo ser sincero?, me contestó, y me eché a temblar.
- Sí, claro.
- Bueno, resulta que una vez te saqué y me dijiste que no. A partir de ahí, nunca más te iba a sacar.
Tengo que reconocer que no guardo ningún recuerdo de ese episodio. Le puedo haber dicho que no por mil y unas razones. Entonces le dije:
- ¿Vos sabés que puede haber mil razones por las cuales te dije que no?
- Sí. Así como hay mil razones por las que no te iba a volver a sacar después de eso.
- Mmh... ¿Entonces nunca vamos a bailar juntos?
- La próxima vez, sacame vos.
- O sea que si la próxima vez te saco yo, ¿me vas a decir que sí?
- Sí, yo nunca le digo que no a una mujer. Por más que ella me haya dicho que no.
- ¿Y después me vas a volver a sacar vos?
- Si me sacás vos, sí, a partir de ahí, te volveré a sacar yo. Porque hay códigos, ¿entendés?
Entiendo.
La vida de la milonga es complicada...
.

7 comentarios:

Luna Palacios dijo...

Que bien relatado!!
La vida en la milonga puede ser complicada.
Hay que saber escuchar, en la milonga hay que saber escuchar hasta lo que no se dice nunca...?
Te felicito es re lindo leerte.

Saludos,

Luna.

La Tanguera dijo...

Ja, que buena historia. Es cierto--cuantas veces una le dice que no a un hombre y nunca se acuerda de eso despues. Pero en serio que hay memorias, y codigos, y enredos, y complicaciones...

Ojala y te diviertas bailando con el..! ;)

Diego dijo...

Yo en una época, sabiendo eso de las mil razones, tenía un límite de tres intentos, en distintos días, claro. A la tercer negativa ya consideraba improbable que fuera casualidad. Ahora, ante un caso de aceptación dudosa, recurro al cabeceo. Hay muchos códigos de los cuales echar mano, aunque me pareció un tanto exagerada la radicalidad del muchacho.
Saludos,
Diego.

francisco dijo...

a lo lejos, y reconociendo mi desconocimiento total de la milonga bonaerense, me parece que se trata de un chico con un ego superinflado, que de niño se tiraba al piso cada vez que quería obtener algo y al parecer lo conseguía.
Voto porque no lo invites; él se lo pierde. Un saludo

Anónimo dijo...

En lo personal , cuando una mujer me rechaza (en el cabeceo es el equivalente a volverte "invisible")la someto a una temporadita de freezer.Terminada la misma, le bailo al lado con alguna mina que baile lindo (y si está buena mejor).Acto seguido la saco a bailar a ella y trato de bailarme la tanda de mi vida.Luego la frizo nuevamente.
PD : De este modo lamentará doblemente el corte de rostro inicial.

Manà dijo...

Divina!!
llegue a tu blog reciencito!! ya me divierte muchisimo! para cuando un libro sobre "ser o no ser tanguero"
y mis congratulaciones desde Francia, de una desarraigada!!
un abrazo tanguero!

Anónimo dijo...

Permitan que hable sin haber pisado más milonga que La Viruta y no más de 10 veces en mi vida, pero...en este caso, eso que el chico llama código, se trata de orgullo. Una cosa es un código de comportamiento, de como se debe dirigir uno a una chica, etc, y otra cosa es llamar código al orgullo. El código hace referencia a como se debe uno dirigir a una chica, como debe entender la respuesta, etc, pero no hace referencia a que no se deba volver a pedir a una chica que nos rechazó. Eso es orgullo ¿No?
Ignatius