domingo, 2 de enero de 2011

No es no

Si hay algo que me saca de quicio, es cuando un hombre que me sacó y al que rechacé se pone a insistir: "Dale, un tanguito...".

¿Qué les pasa que no pueden entender que no, es no, y no: "no, pero si insistís un poco, voy a ceder"?

Ceder no es consentir. ¿Cómo se pueden conformar con alguien que cede ante su insistencia, en lugar de buscar a alguien que quiera realmente bailar con ellos?

¿Lo mismo hacen cuando una mina se niega a acostarse con ellos? ¿Insisten un poco para ver si la otra cambia de opinión? 

¿No les puede entrar en la cabeza que una mujer tome decisiones y se atenga a ellas? ¿Creen que las mujeres son frívolas e inconstantes? ¿Que sólo hace falta decirles: "daaale, un tanguito",  para que cambien de parecer y piensen: "Oh, sí, qué bueno, en realidad me moría de ganas de bailar con él pero no me había dado cuenta, menos mal que me abrió los ojos"?

¿Tan irresistibles se creen que no les cabe que una mujer los pueda rechazar?

NO ES NO.

Son en esos momentos que pienso que el cabeceo, al fin de cuentas, es un gran invento.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que el cabaceo es un gran invento! Pero para que funcione bien se necesita otras cosas, por ejemplo que la gente respete las cortinas, y que todos tengan un lugar fijo. Creo que desgraciadamente ustedes, los jovenes tangueros de Buenos Aires, no saben apreciar esta tradición - quizás les parece algo viejo y innecesario. Para mi si voy sola a una milonga dónde no conozco a nadie el cabaceo es la única manera de poder disfrutar de la experiencia - si hay hombres que bailan bien, claro!

Contacto Javier Maldonado dijo...

Hola!! creo que le cabeceo no es un gran invento...simplemente hay hombres y también mujeres que no conocen los códigos o simplemente no les importa..con lo que respecta a eso yo los enseño ya que para mi es fundamental en la milonga!!!

Anónimo dijo...

Si, pero quien no llora no mama...qué dificil para tener un poco de cariño....

maray dijo...

aqui mi pais el cabeceo no se usa. Uno, cuando quiere bailar, va hasta la mesa de la chica y la invita. Si ella quiere,dice si, se no, no. Como estoy acostumbrada con ese modo de invitacion, al cabeceo todavia no sé identificar. Quedo con "cara de paisage" como decimos, sin saber si aquel tipo tiene un torcicolos o me quiere decir algo.
Otra cosa que acontece ahi y por acá tambien es que no invitan a una chica acompañada. Una puede ir acompañada a una milonga pero puede querer bailar con otros tambien. No hay exclusividad, o hay?

abrazos, de una milonguera de São Paulo