lunes, 14 de enero de 2013

Carlos Pérez y Rosa Forte, maestros de Villa Urquiza

En mi última entrada hablé de Carlos Pérez y Rosa Forte, mis maestros de tango.

Durante los dos primeros años de mi vida con el tango, me formé pura y exclusivamente en La Viruta, con los profesores de La Viruta (en particular, Horacio "PBT" Godoy), milongueando en La Viruta.

Siempre he defendido a muerte a ese lugar, que me ha hecho nacer al tango, de una manera que, seguramente, otros lugares más... digamos... acartonados o... digamos... antiguos, no me habrían permitido hacer.

Yo ya no era tan joven (empecé a los 30), pero necesitaba un lugar para divertirme, pasarla bien, ver gente de mi edad, hacer sociales, sin demasiadas complicaciones. Para eso, La Viruta fue el lugar ideal.

Y tan mal no me formó, puesto que al cabo de seis meses, podía bailar más o menos decentemente, y al cabo de dos años, cuando empecé a ir a otras milongas, no me creían cuando decía que mis únicos profesores habían sido los de La Viruta.

Pero hay que reconocer que La Viruta tiene muchas limitaciones, si se quiere indagar un poco más en eso del tango, si se quiere ir a la esencia, puesto que no profesa ningún estilo en particular, o se inclina más hacia el tango nuevo, y la enseñanza está más basada en secuencias que en el sentir real del tango

Durante un año más, me aboqué a estudiar tango nuevo con diversos profesores (Gustavo Naveira y Gisele Anne, Cecilia García y Santiago Dorkas, Alejandro Larenas y Marisol Morales, Chicho Frúmboli y Juana Sepúlveda, Pablo Inza y Eugenia Padilla, Gastón Torelli y Moira Castellano...), y la pasé muy bien. 

Hasta que me di cuenta de que disfrutaba muchísimo más con el tango tradicional, con aquel abrazo perfecto que una busca todas las noches de manera desenfrenada, y sólo se puede encontrar en el abrazo cerrado.

Empecé a recorrer entonces otros profesores (Julio Balmaceda y Corina de la Rosa, Ernesto Balmaceda y Stella Báez...), hasta que finalmente, di con LA pareja que me hizo descubrir y amar el estilo que adopté ciegamente, el de Villa Urquiza (aunque ellos digan que el estilo de Villa Urquiza "no existe"): Carlos Pérez y Rosa Forte.

En Buenos Aires no tienen una clase propiamente dicha, sino una práctica, los lunes y miércoles a las 20 horas, en la sala de arriba de Sunderland.

Empezaron a bailar en los años 50, vieron bailar a los más grandes de esa época, y aprendieron de ellos. Pero dejaron de bailar unos 15 años después, para abocarse a su trabajo y a su familia. Cuando volvieron a la milonga, allá por los años 90, se habían perdido todas las evoluciones del baile, y se habían quedado con el tango de los 50.

Así fue como Carlitos y Rosa se convirtieron en los transmisores del tango más puro y más tradicional. Por su práctica y sus clases particulares han pasado casi todos los últimos campeones mundiales, como Sebastián Achaval (2006), Dante Sánchez e Inés Muzzopappa (2007), Daniel Nacucchio y Cristina Sosa (2008), Hiroshi y Kyoko Yamano (2009), Sebastián Jiménez y María Inés Bogado (2010)...

Pero mucho mejor, para hablar de ellos, es dejarles la palabra a... ellos mismos. El 6 de diciembre de 2011 participaron en el proyecto "Tengo una pregunta para vos", ideado y coordinado por Pepa Palazón, programa que les recomiendo enfáticamente, y sobre el que escribiré una entrada aparte.

Son tres videos de una media hora cada uno, que son una joya absoluta para guardar en los archivos de la memoria del tango:





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