miércoles, 11 de marzo de 2009

Luna Palacios, milonguera de ley

Hace pocos días, un amigo me explicó por qué le fascinaba, por sobre todas las milongueras, Luna Palacios: "Algunas bailarinas se destacaron con una pareja en particular, y cuando se separaron de esa pareja, dejaron de tener brillo propio", me dijo. "En cambio Luna, baile con quien baile, es siempre Luna".

La pucha, pensé, qué buena explicación de por qué Luna Palacios a mí también me parece tan sorprendente.

Ya les mostré en un video publicado en otra entrada de qué es capaz esta increíble milonguera, cuando les hablé de Aoniken Quiroga. Pero es cierto, Luna puede bailar con quien se le cante y adaptarse a cualquier pareja, y sin embargo siempre conservará su personalidad, su propia manera de bailar, su chispa, su energía, su sensualidad y su picardía.

Bailarines y milongueros de estilos tan diferentes como Aoniken Quiroga, Oliver Kolker, el Pibe Avellaneda, el Flaco Dany, Paulo Bidart, Carlos Copello, y más recientemente Octavio Fernández, han bailado con ella en distintas oportunidades, y siempre, siempre, Luna ha sido Luna.

Luna Palacios nació en Buenos Aires en 1978. Hasta el año 2001, fue bailarina de salsa y swing. Cuenta que un día en el 2003, su hermana Verónica la llevó a una milonga, donde se enamoró a primera vista del tango.

Tuvo la suerte de encontrar como mentor artístico al gran Carlos Gavito. También aprendió con su hermana, Verónica Palacios, con Oliver Kolker, Guillermo Cerneaz, el Flaco Dany, el Pibe Avellaneda, Horacio Godoy y Gabriel Missé, entre otros.

Para mí, Luna personifica la bailarina de tango salón "a la antigua", pero actualizada, modernizada, renovada, remozada, remasterizada.

En el video siguiente, vemos cómo, en condiciones adversas, no solamente no se inmuta y sigue bailando como si nada, sino que parece que las dificultades la incitan a superarse, y es con travesura que juega con los fallos técnicos de la música (que "saltó" dos veces hasta que Horacio Godoy, el DJ de La Viruta, decidió poner otra vez la misma milonga casi desde el principio en una grabación que no tuviera desperfecto, con lo cual un tema que tenía que durar tres minutos y pico terminó durando casi cinco).


.