sábado, 15 de enero de 2011

Chamuyo #2

No siempre el chamuyo es para levantar a alguien.

A veces, las razones que empujan a la gente a actuar de tal o cual manera pueden ser muy oscuras.

Hace unos tres años, me encontraba en la Viruta, cambiándome los zapatos para irme a mi casa. Aparece un hombre y me pide que bailemos. Le contesto que ya me estoy yendo. Entonces, se pone a suplicarme:

"Por favor, te lo pido. Mañana me estoy yendo a vivir a Madrid para siempre. Esta es mi última noche en Buenos Aires. Acabo de aprender a bailar tango, soy principiante, no sé bailar, por eso no bailé en toda la noche, pero querría, para estas últimas horas en Buenos Aires, sentir el abrazo del tango, irme con el tango en el cuerpo. Te lo pido por favor, hacé esto por mí. No te pido una tanda, solamente un tango. Uno solo, y luego te dejo en paz y no me volverás a ver nunca más en tu vida".

Por lo general, cuando alguien insiste después de que yo le haya dicho que no, me pone furiosa y esa persona puede estar segura de que nunca en su vida bailaré con él, por más que sea el bailarín de mis sueños. Lo explico en esta entrada.

Pero esta vez, me conmovió el discurso (aunque algunos no lo crean, soy humana...). Y acepté. Me volví a poner los zapatos y fuimos a la pista.

Cuando terminó el tango, lo miré, y constaté que el chico tenía lágrimas en los ojos.

"Disculpame, me dijo, me emocioné. No sabés lo que esto significó para mí".

Conmovida, y a pesar de que efectivamente tenía pocas horas de tango y se empecinaba a pisarme los pies, le propuse bailar el resto de la tanda.

Luego, se fue.

Bueno. Muy lindo el cuento.

Eso sí: ¿a quién vi al otro día en el medio de la pista de la Viruta, sonriendo con todos sus dientes? Pues sí: ¡a mi futuro exiliado! Era un sábado, o sea que el lugar estaba colmado de gente. Cuando lo quise buscar para decirle lo que opinaba acerca de su técnica para sacar a bailar, ya había desaparecido.

Chamuyeros hay para todos los gustos...
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2 comentarios:

Tanguillo dijo...

Me parece que puede ser muy probable que no te haya mentido.
O sea, pasaron tres años. Sería perfectamente posiblemente que se haya ido a vivir para siempre a Madrid al otro día, y que por cosas de la vida haya vuelto.
Como sabe cualquier que viajó, a veces planeas irte a un lugar por un mes y te quedas toda la vida, o planeaste quedarte toda la vida no llegaste a medio año.
Incluso mas, quizás solo está de vacaciones (y estas serían justamente las fechas mas probables por las cuales verias a un exiliado visitando Argentina).
No se, dudaría mucho de calificarlo de chamuyero hasta saber mas de su historia, especialmente teniendo en cuenta que en estos tres años no lo viste en la viruta.

Una Milonguera dijo...

No, Tanguillo, no entendiste: la anécdota fue hace tres años. ¡Pero al tipo me lo encontré al día siguiente!